Madre...Cómo se reveló a mí. Por Bahiji - Poder Mántrico -

El último día de mi corta pero potente visita a la ciudad Sagrada Varanasi (Benarés) pasamos con mi hija a visitar el Ashram de Ananda Moyi Ma, la increíble Santa que vivió en India entre el año 1896 y 1982. Era cerca de la hora del mediodía, así que sólo tuvimos un rato para meditar frente al altar y luego fuimos a una pequeña oficina, en la cual se vendían unos pequeños libros en inglés. Traje conmigo este pequeño libro que intento traducir de la mejor manera posible, pido disculpas por los posibles errores que puedan deslizarse...Om Ananda Moyi Ma Ki Jai!

Poder Mántrico


Por lo que sabemos, la Madre no ha recibido Iniciación de un Gurú según las costumbres sociales formales. Ningún estudio de los Shastras (textos tradicionales) o de algún discurso religioso han iluminado el campo de Su conocimiento. Muchos hombres y mujeres opinan que Ella ha venido a este mundo para difundir la Luz y el Poder Divinos para la regeneración de la humanidad en esta era.

Mientras era aún una niña, varios fenómenos extraños se manifestaron en su cuerpo. Pero escaparon a la atención del hombre común. Ya en las actividades lúdicas de Su temprana juventud había tal actitud de desapego y despreocupación en Ella, que muchas personas la miraban como a una persona retrasada intelectualmente. Incluso sus padres tenían dudas sobre su futuro. Ocurría a veces que ella no sabía dónde estaba, ni podía recordar qué era lo que había hecho o dicho unos pocos minutos antes.


Los relatos dicen que en su infancia solía hablar con los árboles, las plantas y los seres invisibles en el aire mientras caminaba. También se comunicaba con ellos mediante signos y gestos. Algunas veces, de repente, recaía en un estado de abstracción, interrumpiendo toda conversación.

Del año 17 al 25 de su vida varios fenómenos sobrenaturales comenzaron a manifestarse en ella. A veces se volvería muda e inmóvil mientras cantaba los nombres de dioses y diosas. Durante el canto Sagrado (Kirtans) su cuerpo se ponía rígido y entumecido. Luego de escuchar un discurso acerca de lo Divino o después de visitar un templo, su comportamiento no parecía ser normal.

A la edad de dieciocho años, fue a Bajitpur (Un pequeño pueblo en Bengala del este) y se quedó allí por cinco o seis años. Hacia el cierre de ese periodo, muchos Mantras salieron espontáneamente de Sus labios y muchas imágenes de Dioses y Diosas salían centelleando de su cuerpo. Sus extremidades formaban espontáneamente varias posturas yóguicas. Mientras estas manifestaciones divinas encontraron expresión en su cuerpo, su habla dejó de funcionar en Bajitpur durante aproximadamente un año y tres meses, y cuando ella vino a Dhaka Continuó en silencio por otro año y nueve meses, completando así tres años enteros. Durante este periodo un resplandor de dicha celestial y la serenidad de la infinita expansión del cielo se manifestaban en su presencia. Se puso en evidencia entonces que las corrientes de los mundos exterior e interior dejaron de afectarla por completo. Ella se veía como alguien que está en la absoluta calma del Ser. Su retrato en esa etapa es dado aquí. 


Durante todos estos extraordinarios acontecimientos en su vida, Pitaji (su marido) a menudo mostraba gran ansiedad por saber en que terminaría todo esto.

Pero a pesar de todas las críticas y especulaciones, él nunca se interpuso en su camino en ninguno de sus actos. Temiendo que el cuerpo de la Madre podría estar poseído por algún espíritu maligno, se buscó la ayuda de algunos sadhus (monjes renunciantes) y exorcistas. De nada sirvió; por otro lado, cuando estos hombres trataron de darle tratamiento se vieron obligados a retirarse con miedo y asombro. Fue solo orando por su misericordia que pudieron recuperar el equilibrio. Durante un período de cinco meses y medio, imágenes de muchos Dioses y Diosas se manifestaron a través de su cuerpo. Ella tenía visiones de ellos. Ella rendía culto a esas deidades, después de lo cual se desvanecían completamente. Cuando la adoración de una deidad terminaba, otra hacía su aparición. Durante la ceremonia ella a menudo sentía que Ella misma era la adoradora, la adorada y el acto de adorar; que ella era los mantras, la ofrenda y cada uno de los ingredientes que se utilizaban para el culto.

En estos actos de adoración no había objetos materiales, ni hubo ningún deseo por parte de Ella de realizar las ceremonias. Tan pronto como ella se sentaba en un lugar solitario, todas las actividades físicas y mentales involucradas en los actos de adoración se manifestaban por un misterioso proceso en el cual surgía espontáneamente la actividad. Se comprobó posteriormente a partir de personas bien versadas en ritos y rituales shastricos (tradicionales), que todos los diversos procesos de adoración llevados a cabo por Ella estaban muy de acuerdo a los mandatos de las reglas Shastricas. Cada vez que alguien le preguntaba cómo podría ser posible para Ella observar los ritos tan perfectamente, Su única respuesta era: "No me preguntes nada ahora, lo sabrás cuando sea el momento adecuado”.

En la 28va chaitra (año 1923 d. C.), la Madre llegó a Dhaka y tres o cuatro días más tarde vino a Shah-Bag (El nombre del jardín que pertenece al Nawab de Dhaka). Muchos devotos comenzaron a reunirse allí para Su darshan (rendir homenaje a la madre). En el año 1925, algunos devotos le pidieron que realizara kali puja (Adoración de la imagen de Kali, Diosa del Universo), porque habían oído que su celebración de la puja era maravillosa. Ella respondió: "Sé poco de los ritos y rituales shastricos; sería mejor si consiguen la ayuda de algunos sacerdotes profesionales". Más tarde, a petición de su esposo, ella aceptó realizar la puja.

Cuando la Madre fue adorada por Sus devotos, su alegría no tuvo límites. Pero cuando Ella eligió adorar a la Diosa por su iluminación, la solemnidad de esa adoración se multiplicó por mil. Fue demasiado profundo para ser expresado en palabras. Todos los devotos sintieron una alegría inexpresable en sus corazones ante la belleza y la solemnidad de la ceremonia.

Se trajo una imagen de Kali. La Madre se sentó en el suelo en una postura meditativa, en absoluto silencio. Luego, totalmente abrumada por la devoción, Ella comenzó la puja, cantando mantras y colocando flores con pasta de sándalo sobre su propia cabeza en lugar de sobre la imagen. Todas sus acciones parecían ser los movimientos de una muñeca, como si alguna mano invisible utilizara Su cuerpo como una herramienta flexible, para la expresión de lo Divino. De vez en cuando algunas flores eran esparcidas en la imagen de Kali. De esta manera el Puja fue realizado.

Un macho cabrío debía ser sacrificado. Estaba bañado en agua. Cuando se lo trajo a la madre, lo tomó en su regazo y lloró mientras acariciaba suavemente su cuerpo con las manos. Entonces recitó unos mantras tocando cada parte del cuerpo del animal y le susurró algo al oído; luego reverenció al arma con la cual el animal iba a ser sacrificado. Ella se postró en el suelo, colocando el cuchillo sobre su propio cuello. Tres sonidos como gemidos de una cabra salieron de sus labios. Luego, cuando el animal fue sacrificado, ni se movió ni lanzó un grito, no hubo ningún rastro de sangre en la cabeza o el cuerpo. Solo con gran dificultad se extrajo por fin una sola gota de sangre del cadáver del animal. Todo ese tiempo el rostro de la Madre brillaba con una intensa belleza poco común y durante toda la ceremonia hubo un hechizo de gran santidad y profunda absorción sobre todas las personas presentes. 

En 1926, todos los devotos oraron a la madre para que volviera a realizar la puja. Ella no dijo nada. Más tarde, cuando la llevaban a la casa de un devoto, elevó su mano izquierda, sonrió y permaneció en silencio. Cuando se le preguntó a Pitaji por el significado del gesto, él no respondió. Una vez más, cuando se sentó en esa casa para tomar su comida, se repitió el mismo movimiento de su mano izquierda. Después de unos días, la Madre explicó que en el camino a la casa del devoto, ella había visto a unos 100 metros de distancia, a la Diosa viviente Kali, flotando en el aire a unos 10 centímetros del suelo y extendiendo sus manos hacia la Madre, como si quisiera ir a su regazo. Mientras tomaba su comida ese día, la misma imagen había estado ante ella como una niña pequeña. Por eso había levantado la mano izquierda.

El día anterior al Kali puja, cuando los devotos renovaron su oración a la madre, ella le pidió a Pitaji: "Como están tan ansiosos por celebrar la puja, puedes oficiar como el sacerdote". Él les dijo: "Como la Madre me ha pedido que realice la puja, lo haré. Por favor, hagan todos los preparativos necesarios". Ellos preguntaron sobre el tamaño de la imagen, y Pitaji sugirió que debería ser tan alta como la describió la Madre en dos ocasiones, cuando ella levantó la mano mientras estaba sentada.

En ese momento, la madre yacía en el suelo en una condición inerte e inmóvil. Se tomó una medida aproximada. Eran las 11 de la noche. Se discutió mucho sobre cómo se podría obtener una imagen del tamaño indicado en el transcurso de un día. Con grandes dudas, Sri Surendra Lal Banerji fue a la ciudad desde Shah-Bag. En una tienda se encontró una estatua de las medidas correctas. Había doce imágenes en total, de las cuales once habían sido solicitadas por un cliente. La imagen extra había sido modelada por el artista por iniciativa propia.



La imagen fue traída a tiempo. La Madre se sentó a realizar la puja. Había una atmósfera divina en su persona. Después de un tiempo, la Madre se levantó de repente de su asiento y le dijo a Pitaji: "Voy a mi lugar, por favor, haz la puja tú mismo". Diciendo esto, se quedó al lado de la imagen y con una risa extraña, se sentó en el suelo. Toda la atmósfera de la habitación estaba sobrecargada con un maravilloso arrebato divino demasiado profundo para ser expresado en palabras. La Madre dijo: "Todos ustedes cierren los ojos y canten el nombre de Dios".

La casa estaba llena por completo; un hombre que estaba afuera, se asomó a la habitación, sin ser observado. Sin embargo, la Madre lo llamó por su nombre y le ordenó que cerrara los ojos. Todos los presentes tenían los ojos cerrados; Nadie sabía en ese momento lo que había sucedido. Pero cuando todos abrieron los ojos, se descubrió que un abogado, de nombre Sri Brindaban Chandra Basak, yacía inconsciente en el suelo. Luego dijo: "Cuando me asomé a la habitación noté un resplandor muy intenso de luz que irradiaba el rostro de la Madre. Fue tan poderoso que me caí, inconsciente. No sé qué pasó después".

La noche llegó a su fin cuando la puja terminó. No había provisión para una oblación. Cuando llegó el momento del último ahuti (ofrendas al fuego del sacrificio), la Madre dijo: "No debe ofrecerse, que se conserve el fuego del sacrificio". Ese fuego se ha mantenido ardiendo hasta nuestros días. (Más tarde fue traído de Dhaka a Vindhyachal y Varanasi, donde aún se conserva cuidadosamente en un pequeño templo especial en el Ashram. El mismo fuego se usó para el gran Savitri Maha Yajna realizado allí desde 1947-1950, sobre el cual apareció un libro en Bengalí y en Hindi llamado "Akhanda Mahayajna".)

Al día siguiente, se iba a realizar la inmersión de la imagen. La esposa de Niranjan llegó con todos los artículos necesarios para la ceremonia. Cuando miró la imagen, le dijo a la Madre con emoción: "Ma, me siento extremadamente reacia a sumergir la imagen". La madre respondió: "Estas palabras de tus labios muestran que la diosa no desea ser sumergida. Muy bien, se harán arreglos para su preservación y adoración".

Nota de G. Garro: es un ritual conocido en India primero venerar la imagen de la Madre Divina Kali y luego sumergir esa imagen de barro y disolverla en el agua, simbolizando la adoración a lo absoluto invisible e intangible por los sentidos.

A través de grandes cambios de circunstancias, esta estatua de barro se mantuvo en pie en la misma postura durante diez años.

Dos incidentes pueden ser mencionados en relación con esta imagen. Era septiembre de 1927. La madre se iba de Chunar a Jaipur. Estaba en Chunar por un cambio y fui a la estación para despedirla. La Madre indicó un cierto lugar cerca de la colina en la que se construyó el fuerte y me dijo que fuera allí en mi camino de regreso. Allí encontraría una guirnalda de flores que debería tomar y conservar cuidadosamente. Hice lo que me dijeron. Cuando volvió a Chunar, vio la corona. Luego, cuando regresó a Ramma, se descubrió que en el día en que encontré la guirnalda en Chunar, no se había colocado ninguna guirnalda alrededor del cuello de la diosa Kali en Ramma, aunque era una práctica habitual del sacerdote ofrecer tal guirnalda a la imagen todos los días.

En otra ocasión la Madre estaba en el Bazar de Cox en Chittagong, a orillas del mar. Estaba paseando por la playa cuando de repente dijo con una sonrisa: "Mírame la muñeca, ¿está rota?" ¿No es así? Sólo examínalo de cerca; puede haber una fractura”. Esa misma noche, un ladrón entró en el templo de Kali en Ramma y robó los ornamentos de Kali, rompiendo la muñeca de la estatua.

Esta estatua se conserva en una cueva subterránea en el Ramma Ashram. (El otrora famoso Ashram de Ma fue arrasado por el ejército de Pakistán durante la guerra de liberación en Bangladesh en 1971 y toda el área del Ashram está actualmente bajo la custodia del gobierno de Bangladesh). Cada año, durante las celebraciones de cumpleaños de la Madre, la puerta se mantiene abierta para que todas las personas tengan un darshan. Era el gran deseo de la Madre que las puertas de nuestros templos se abrieran a todas las clases de personas, independientemente de su casta y credo.

En una ocasión se realizó el Vasanti Puja (adoración de la Madre Divina durante la temporada de primavera, que ahora se realiza todos los años en el Ashram de Varanasi) en el Ashram de Siddhesvari. La Madre estuvo presente durante la ceremonia de inculcar vida a la imagen. Mientras ella la miraba, sus ojos comenzaron a brillar como los de una persona viva.

La Madre dice: “La personalidad y las figuras de los Dioses y Diosas son tan reales como tu cuerpo y el mío. Se pueden percibir con la visión interior abierta a la pureza, el amor y la reverencia”. 




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